sábado, 16 de abril de 2016

Real Madrid golea al Getafe por 5-1 y siguen creyendo en la opción de ganar la Liga


El Real Madrid cree en la Liga. Si se le permite al Madrid utilizar el verbo creer, que parece apropiado en los últimos tiempos. A un punto del Barcelona, que aún tiene un partido por disputar, es imposible que los de Zidane ya no se vean peleando por el título. El efecto de jugar unas horas antes, aunque no tenga repercusión al final en la clasificación, sí lo tiene a nivel psicológico. Es la píldora del día antes, que hace acostarse al madridismo más cerca que nunca de un rival que le había mandado al sofá semanas atrás.
La verdad es que el Getafe lo puso fácil. Muy fácil. Aunque pueda parecer ofensivo para el equipo azulón, es que a veces pareció un entrenamiento. El Madrid tocaba sencillo, como en un ejercicio en una sesión de entre semana de Valdebebas, sin que ninguna camiseta azul opusiera más resistencia que la que los muñecos de metal que hacen las veces de rival en los entrenos. Y claro, pues goleó el equipo que sabía lo que se jugaba.
Los primeros cinco minutos fueron un monólogo en el más concreto sentido de la palabra. El Getafe no tocaba el balón más de tres o cuatro segundos seguidos. Y esa fue la tónica del encuentro, con un Madrid chocando dos piedras esperando que saltara la chispa del gol. En uno de esos huecos que dejó el equipo de Esnáider, que tiene trabajo, apareció James para centrar con todo el tiempo del mundo y encontrar a Benzema en el segundo palo. El remate no es que fuera muy ortodoxo, porque la bola le rebotó en el pie de apoyo después de fallar el remate con la diestra, pero acabó en la red.
Antes del descanso ampliaría diferencias el Madrid con un tanto de Isco tras una pared académica, de enciclopedia, que tiró con Benzema. El malagueño definió de exterior y la jugada dejó la belleza que dejan los goles que se anotan tras una pared. Es la acción más antigua del mundo y sigue siendo efectiva y preciosa.
Si algún aficionado azulón pensó en el descanso que los suyos cambiarían la actitud en la reanudación, les debió durar cinco minutos la idea, lo que tardó Benzema en soltar un balón bombeado a la espalda de la defensa de futbolín del Getafe. Por allí sólo y solo (las tildes) corrió Bale, que definió ante Guaita con facilidad. El portero será buena gente y seguirá saludando a sus compañeros en el vestuario a diario, pero es para aparcar el coche cruzado en la plaza reservada a sus centrales en la Ciudad Deportiva.
Y así, con el partido resuelto y Keylor desafiando las leyes que imposibilitan que un hombre pueda volar, fluyó el marcador hasta los últimos cinco minutos, en los que Sarabia enchufó un golazo desde la frontal para intentar maquillar el resultado, pero lo que hizo fue reactivar el hambre blanco. James, con las pulsaciones por los suelos, recortó y definió con clase para el 1-4 y Cristiano cerró con un regalo de Jesé la tarde para seguir sumando de cara a la Bota de Oro.
El partido dejó varios detalles buenos para el Madrid, como la presencia de Isco y James, si bien no excelsos ni chorreando magia, sí dejaron gotitas de perfume del que huele a distancia y se recuerda tiempo después, incluso cuando el dueño del olor no está. Haría mal el Madrid en recordar ese olor con un suspiro el año que viene si deja escapar a alguno de los dos.
El que no cree es el Getafe. Le faltó actitud y juego, aunque se inunden de comentarios las crónicas diciendo que "el filial se dejó ganar para que el Madrid pelee la Liga". En fin. También hay gente que cree que Margarita es el diminutivo de Marga. Al Geta le hace falta actitud de verdad, de la de reflexionar y asumir los errores, pero sobre todo trabajar para resolverlos. Esa gente que lo resuelve todo con un "al final siempre sale el sol" y cobra por ello... ¿No debería estar en la cárcel?

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